Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, quien fue miembro del cártel de los Beltrán Leyva es el primer testigo que fue llamado a declarar por los fiscales en el juicio en contra de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón.
Villarreal Barragán dijo que gracias a su ayuda, el Cártel de Sinaloa logró extenderse de una parte en el norte del país a gran parte de este.
Villarreal Barragán sotuvo que él formó parte del cártel de los Beltrán Leyva desde 2001 hasta 2010, año en que fue arrestado. En todo ese tiempo, dijo, el cártel le pagaba a Genaro García Luna “hasta el último día, cuando murió Arturo Beltrán Leyva”.
Aseguró que el exfuncionario federal fue “de gran ayuda porque pudimos crecer y minimizar a nuestros adversarios”.
Cuando la fiscalía le preguntó que quién del Cártel de Sinaloa estaba a cargo de pagarle a García Luna, “El Grande” respondió que Arturo Beltrán Leyva.
Luego le preguntó si él llegó a estar presente cuando le daban ese paga y dijo que en algún momento.
En otro momento cuando una de las fiscales le mostró un mapa de Mexico, le pidió que señalara cuáles eran los estados que dominaba el Cártel de Sinaloa, del cual formaban parte los hermanos Arturo, Héctor y Alfredo Beltrán Leyva.
“El Grande” tuvo que pararse del banco de los testigos y señalar con su dedo los estados en un póster con un mapa a colores de la República Mexicana colocado en un bastidor junto al jurado.
“El Grande” señaló con su dedo los estados en el mapa de México como un niño en la escuela y recitó casi todo México.
En 2001 el Cártel de Sinaloa controlaba los estados de Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango y un pequeño corredor entre Torreón y Monterrey.
Al cabo de 10 años llegó a tener control de Baja California Norte, Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Nayarit, Jalisco, algunas partes de Nuevo León, Colima, Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo.
El testigo, de poco más de 2 metros de estatura, llegó vestido con un traje negro y una corbata en tono vino.
García Luna lo escuchó sin hacer reacciones. El exfuncionario mexicano de más alto nivel que enfrenta un juicio en Estados Unidos llegó vestido con un traje gris oxford y una corbata en tono claro, pero el equipo de abogados de su defensa le llevó otra en tono vino y se cambió antes del inicio de la audiencia.
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