AGREDEN GUARDIAS DE LA GN DE TEXAS A MIGRANTES …

Agentes de la Guardia Nacional de Texas golpearon ayer al menos a dos hombres migrantes, después de que cruzaron la malla metálica que se encuentra sobre el bordo estadounidense para intentar llegar con los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso.

La agresión provocó que un grupo de migrantes que se encontraba desde hacía hasta tres días junto al río Grande –llamado río Bravo de lado mexicano– comenzara a jalar la malla, mientras que los militares les decían que se fueran “a la chingada” y después que si tenían “huevos” cruzaran para que los detuvieran.

“No les peguen, no les peguen”, gritaban dos mujeres quienes observaban desde lejos cómo golpeaban a un hombre quien corría hacia la puerta del muro fronterizo ubicada a la altura el marcador internacional número 36.

Después de que un grupo logró cruzar la malla metálica de aproximadamente tres metros de altura para correr hasta los barrotes del muro fronterizo, un agente estatal corrió hasta alcanzar al hombre quien encabezaba al grupo, a quien aventó al suelo y luego comenzó a patear en la cabeza.

Tras ser golpeado, el migrante comenzó a correr por el bordo estadounidense hacia el poniente, mientras que otro grupo de militares rodeaban a otros migrantes que todavía no llegaban hasta el muro de acero, y cuando éstos comenzaron a caminar con sus compañeros, tomaron a otro hombre de la parte trasera del cuello y por la espalda lo comenzaron a jalar.

Entre varios lo sometieron, mientras que uno lo aventaba a golpes al suelo, y cuando estaba en el piso de tierra del bordo estadounidense lo rodearon mientras continuaban agrediéndolo físicamente.

Al ver la acción de los agentes de la Guardia Nacional de Texas, un grupo de migrantes amarró una cuerda amarilla de los rollos de púas que rodean la malla metálica y entre varias personas comenzaron a jalarla.

“¡Vamos, jálenle, jálenle, jalen!”, gritaba una mujer a un grupo de hombres que trataba de tirar el cerco frente a los militares.

“Si ustedes no hacen caso, nosotros nos vamos a poner más fuertes… ¿tantos huevos?, ¿tantos huevos?, ¡vengan! ¿Quebrando la ley?, ¿quebrando la ley?, ¡vengan!”, gritaba un estatal, quien portaba un arma larga, a los migrantes.

Y aunque en dos ocasiones los migrantes trataron de tirar la malla metálica, finalmente no ingresaron, aunque los militares les gritaban “ni un día, ni un día van a entrar”.

“Nos dicen que nos entreguemos por los puentes, que vayamos bien vestidos. Pero eso es mentira, ellos no nos van a dejar entrar por ningún lado si no tenemos la CBP One. Nos dicen que vamos a alguno de los dos puentes, pero que estemos bien vestidos, pero eso es mentira, todo eso es falso, si uno no tiene sus papeles no puede”, dijo Diana Acevedo, de Venezuela.

Lady, de República Dominicana, denunció que los agentes estatales los amenazan con dispararles si cruzan el cerco de púas.

“Nosotros tenemos tres días y dicen que si tumbamos la reja o hacemos hoyos nos van a disparar. Una guardia le llenó la cara de tierra a un tipo, de arena, y eso no se hace porque nosotros no somos ningunos perros, somos seres humanos”, reclamó Cleber, un migrante ecuatoriano.

Un grupo de venezolanos también pidió la ayuda de Derechos Humanos y organizaciones internacionales para que les lleven comida, agua y cobijas, ya que relataron que algunos cruzan el bulevar Juan Pablo II para comprar alimentos, pero varios han sido amenazados por hombres que les advierten que no quieren que regresen a México ni verlos caminando por la zona.

“Tenemos miedo, ellos (los militares) no nos quieren y si tratamos de ir al centro nos salen los del cártel y nos dicen que no caminemos por el río porque les vamos a calentar la zona, que es su plaza”, dijo un venezolano quien pidió omitir su nombre por seguridad.

“Lamentablemente el Gobierno federal no ha hecho absolutamente nada para cambiar su política migratoria y a mí me da mucha tristeza, porque cerraron la estación migratoria, pero no se ha modificado el trato para los migrantes, siguen siendo el sector más vulnerable. Porque vienen aquí y todos somos testigos de cómo sufren a manos del crimen organizado, a manos de vivales, de polleros”, dijo ayer Óscar Ibáñez, representante del Gobierno estatal en Ciudad Juárez.

El funcionario lamentó que “todo el mundo los usa, los explota y constantemente vemos cómo están poniendo en riesgo su vida”.

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