Personas migrantes que han intentado cruzar el río Bravo/Grande para entregarse a la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, denunciaron que han sido agredidos física y verbalmente por los agentes de la Guardia Nacional de Texas, quienes ayer le pedían a una mujer en labor de parto que regresara a México.
Durante horas, cerca de un centenar de personas que buscaba llegar hasta la puerta ubicada en el marcador fronterizo número 36, permaneció bajo el sol, hasta que una mujer venezolana, identificada como Yerimar, entró en labor de parto sobre los límites del río Grande.
Mientras rogaba recibida, la sudamericana fue apoyada por otros migrantes, quienes la recostaron y la protegieron del sol con cobijas que ataron al cerco de púas, mientras que los militares sólo vigilaban que no ingresara.
“Ella estaba llorando, tenía mucho dolor, me apretaba la mano, imagínese un trabajo de parto en condiciones inhumanas, porque eso ahí está infectado, eso es un canal que huele horrible y ahí estábamos haciendo lo que podíamos con toallitas húmedas, alcohol, pero no eran las condiciones”, narró Adriana Rivera, otra migrante sudamericana.
La mujer embarazada ya había cruzado el río internacional entre Ciudad Juárez y El Paso, por lo que ya se encontraba en Estados Unidos, pero las púas y los agentes estatales le impedían llegar hasta la puerta del muro fronterizo para ser procesada por la autoridad federal.
Finalmente le permitieron llegar hasta la puerta del muro fronterizo para que fuera atendida, pero fue después de que un grupo de migrantes intentara derrumbar el muro de púas, cuando los militares texanos le abrieron una reja colocada entre los rollos de alambre para que ingresara solo ella.
La mujer dijo que había unos agentes de la Guardia Nacional que sí querían dejar entrar a la mujer embarazada, mientras que otros les decían que pidieran ayuda en México.
Un grupo de migrantes también aseguró que la noche del miércoles los agentes de la Guardia Nacional de Texas los agredieron.
Un adolescente de 16 años de edad narró ayer que cuando intentó cruzar el muro de púas instalado sobre el bordo estadounidense, un agente militar lo golpeó con la culata del arma e incluso que lo escupió.
“Intenté cruzar la malla y un militar estadounidense vino y me golpeó con culata del arma, y luego cuando ya estaba sentado empezaron a insultarme, empezaron a tratarme de pendejo… y me empezaron a escupir”, relató.
Otro venezolano, quien pidió no proporcionar su nombre por temor a represalias cuando ingrese a Estados Unidos, dijo que las agresiones ocurrieron cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso y del Instituto Nacional de Migración (INM) se habían retirado.
“Nos pateaban los alambres en las manos, de frente, para que no pasáramos”, “a un muchacho le ponían la luz en los ojos y lo hacían que la viera de frente”, aseguró.
Mientras que otro migrante dijo que los militares les daban cachazos en las manos para que toparan con los alambres de púas.
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