EL ‘CAMP’ DE ACTORES QUE FUE HACER ‘LAS VIUDAS DE LOS JUEVES’

Imaginar a Cassandra Chiangerotti, Juan Pablo Médina, Irene Azuela, Omar Chaparro, Zuria Vega, Gerardo Trejoluna, Mayra Hermosillo, Pablo Cruz Guerrero y Alfonso Bassave en un espacio boscoso en Malinalco, se parece más a un campamento que a un asunto de trabajo.

Lo cierto es que esto es lo que pasó durante las filmaciones de Las viudas de los jueves , el nuevo proyecto para Netflix sobre el material literario de Claudia Piñeiro sobre ocho parejas que viven en una exclusiva zona residencial y los secretos que se desatan a partir de un trágico corte de la electricidad.

En esta serie de entrevistas el ambiente es similar al de un grupo de compañeros de preparatoria que se reencuentran en el primer día de clases después de unas vacaciones de verano o, como ya lo advertimos, de un grupo de amigos que acaba de volver de un campamento. Las bromas acompañadas de risas y las anécdotas no dejan de salir entras las respuestas que se pueden cachar en 8 minutos de conversación.

“No siempre llegan a tus manos este tipo de proyectos, estos thrillers dramáticos y tantos personajes, que sea coral y que toque tantos temas y que sea controversial, me encanta”. dice Juan Pablo Medina. Lo primero que pensé, dice Zuria Vega sobre la experiencia posterior al leer el guión, fue: “o esto queda super bien o queda chafa, chafa, chafa. Era difícil de retratar esta clase social”. A Vega le preocupaba que la mirada crítica que se propone el proyecto sobre los ricos pretenciosos, no se refleja de forma puntual en elementos de la producción y no empatarse con el guión. “Y quedó muy bien” complementa Pablo Cruz al tiempo que habla del generoso trabajo de dirección de Beto Hinojosa.

Para esta segunda adaptación audiovisual, la primera es una película de Marcelo Piñeyro, se presentó un elenco bastante presumible por sus carreras en teatro, cine y televisión: Juan Pablo Médina, Irene Azuela, Zuria Vega, Gerardo Trejoluna, Mayra Hermosillo, Pablo Cruz Guerrero, Alfonso Bassave y la sorpresiva presencia de Omar Chaparro. “Un privilegio compartir con estos actores a los que íbamos pensando poco a poco, veíamos sus caras en cada personaje, hasta que, por fín, logramos reunirlos a todos. La generosidad entre ellos era increíble”.

La siguiente anécdota sirve para continuar con la descripción de los mecanismos de confianza en los que entraron estos actores. “Hola Omar, Hola Irene”, se dijeron ambos actores. Después él se fue a cambiar y dije, recuerda ella: “es momento de tocarle las nalgas”. La idea era establecer el vínculo de confianza necesario para el viaje que deben atravesar juntos en esta trama y que les acompaña hasta esta sala de entrevistas. “Ya lo verán”, advierten.

Los personajes que este conjunto de actores interpreta en la pantalla, podrían ser calificados con palabras como oscuros, siniestro, complejos. Sin embargo, para los actores no es posible arrancar el proyecto sin encontrar las razones concretas de por qué haces lo que haces. “Debes abrazarlos, quererlos; ver qué pasa en sus cabezas. “Cualquier justificación te acerca a entender los personajes”. Explica Irene.

Sobre esta misma idea, Cassandra, quien es la narradora de esta historia, dice que es verdad que en un inicio hay un juicio de cómo han elegido vivir sus vidas y después llega un proceso en el que tienes que entenderlos y justificar sus acciones y su forma de pensar y de ser. Es uno de los privilegios de ser actor, el poder la empatía y a los seres humanos”.

Una de las grandes sorpresas de los espectadores es la participación de Omar Chaparro en un personaje completamente dramático, un registro no antes visto en su faceta como actor. “Siento una gran gratitud por este proyecto, mis compañeros; no había explorado un personaje así, aprendí mucho, a crecer como actor de la mano de mi director. Fue como filmar un cortometraje entre amigos de la escuela”.

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