EMPIEZA LA RESISTENCIA A EEUU EN EUROPA

NVIDIA y ASML son con toda probabilidad las dos compañías más dañadas por las sanciones de EEUU a China. Durante los últimos meses ambas se han visto obligadas a dejar de vender a sus clientes chinos algunos de sus productos, y para las dos este mercado es fundamental. El próximo 16 de noviembre entrará en vigor el último paquete de prohibiciones aprobado por el Gobierno estadounidense, y, una vez más, el negocio de estas dos empresas en China se contraerá.

A partir de esa fecha NVIDIA ya no podrá vender a sus clientes chinos los chips para inteligencia artificial A800 y H800, y tampoco la GPU GeForce RTX 4090, entre otros de sus productos. A ASML le sucederá algo parecido. En apenas tres semanas algunos de los equipos de litografía que actualmente puede vender a los fabricantes de circuitos integrados chinos pasarán a formar parte de la lista de máquinas cuya venta está prohibida por el Gobierno de EEUU.

La máquina de litografía que presumiblemente ya no podrá entregar a sus clientes chinos es el equipo TwinScan NXT:1980Di, que se suma a los dispositivos de ultravioleta extremo (UVE) y ultravioleta profundo (UVP) que habían sido prohibidos por EEUU previamente. Según Peter Wennink, el director general de ASML, durante el tercer trimestre de 2023 el 46% de los ingresos de su compañía procedió de China, por lo que es evidente que la entrada en vigor de las próximas sanciones de EEUU dañará su negocio.

China es el tercer mercado más importante para ASML. Solo lo superan Taiwán y Corea del Sur. Durante las últimas semanas Peter Wennink se ha embarcado en una cruzada que persigue atenuar el impacto que están teniendo las sanciones de EEUU a China en las cuentas de su compañía. Y su estrategia parece estar empezando a surtir efecto. Ayer varios legisladores de Países Bajos se dirigieron a Liesje Schreinemacher, la ministra de Comercio Exterior, para mostrarle su desacuerdo con las prohibiciones que está desplegando EEUU.

Su intención es proteger los intereses comerciales de ASML, que es una compañía neerlandesa, y para hacerlo alegaron el carácter unilateral de las sanciones de EEUU. El problema es que la Administración estadounidense está cimentando el alcance de sus prohibiciones sobre la presencia en los equipos de litografía de tecnologías y patentes desarrolladas en EEUU que le confieren la potestad de decidir quién puede utilizarlos y quién no. Schreinemacher defendió durante el debate parlamentario que el Gobierno del que forma parte no se opone a las nuevas sanciones de EEUU, pero también sostuvo que “todo esto debería abordarse de una manera mucho más europea”.

El movimiento de oposición a la estrategia de EEUU que acaba de nacer en el corazón del poder legislativo de Países Bajos no tiene necesariamente que fructificar. Puede llegar a buen puerto, y también puede no hacerlo. No obstante, refleja un cambio de tendencia claro en una Europa en la que hasta ahora ningún legislador había puesto en entredicho públicamente las sanciones promovidas por el Gobierno estadounidense. Además, merece la pena que no pasemos por alto “la manera mucho más europea” de hacer las cosas a la que ha recurrido Liesje Schreinemacher en su alegato. Veremos qué sucede finalmente, pero no cabe duda de que en Europa algo se está agitando.

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