El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es una de las organizaciones criminales que más ha crecido en los últimos 10 años, incrementado su poder de violencia y su control en el territorio dentro y fuera de México, lo que representa uno de los mayores retos en seguridad del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero también de las agencias de los Estados Unidos quienes han señalado a esta estructura criminal de ser una de las principales responsables del tráfico de fentanilo a ese país.
De acuerdo con un artículo publicado en Small Wars Journal, la organización de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, líder del CJNG, se puede considerar como el cártel de la droga más grande de México debido a su “poder de influencia” en Estados Unidos y en otras partes del mundo.
Si bien la organización tiene competencia con el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo en el tráfico de drogas y otros delitos, el artículo escrito por Raúl Benítez Manaut y Josué González, señala que el CJNG se ha diversificado en sus actividades ilícitas desde el 2015.
La organización criminal, que nació como un brazo armado del Cártel de Sinaloa y del Cártel de Milenio, misma que se hizo llamar “Matazaetas”, no solo se dedica a la manufactura y distribución de la metanfetamina, cocaína, heroína y fentanilo, sino que ahora extorsiona, secuestra; hace tráfico de personas y migrantes, así como roba de hidrocarburos al Estado.
El artículo “El Cártel de Jalisco Nueva Generación: El mayor reto de seguridad en la relación México-Estados Unidos” apunta que en la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en diciembre del 2018, la estructura de El Mencho se ha consolidado y ha extendido sus actividades ilícitas en otras entidades donde otros grupos criminales tenían el control.
Tamaulipas y Chiapas son los ejemplos más claros, pues eran controlados por el Cártel del Golfo y el Cártel de Sinaloa, respectivamente; sin embargo, reportes de las autoridades locales y federales revelan la presencia de la escructura de Nemesio Oseguera Cervantes en esas entidades lo que ha incrementado un nivel de violencia en dichos estados.
“Es importante señalar que el CJNG aprovechó la transición política con el cambio de gobierno debido a que se disminuyó la actividad anti-crimen. La nueva administración del presidente López-Obrador impulsó un enfoque pasivo en el combate a la delincuencia organizada, que se sintetizó en la frase ‘abrazos, no balazos’”, destaca el artículo publicado el 30 septiembre.
Agrega que el actual gobierno de López Obrador “se ha dedicado a golpear al Cártel de Sinaloa, lo que favorece al CJNG”, como la captura y extradición Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, ocurrida durante este 2013.
De acuerdo la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), que cita el estudio, el CJNG también tiene presencia en los estados de Orlando, Florida, Seattle, Washington, Toanoke, Virginia, Memphis, Tennessee, Atlanta, Georgia, Gulfport, Misisipi, Fayetteville, Carolina del Norte, Chicago, Illinois, Denver, Colorado, Imperial, Nebraska, Kansas City, Lexington, Kentucky, Houston, El Paso, Laredo, Texas, San Ysidro, San Diego, Orange County, San Diego, Modesto, Santa Rosa y California.
En la investigación también se enlistan las acciones que el gobierno del presidente Joe Biden y las agencias de seguridad estadounidenses han realizado para combatir al grupo criminal y el tráfico de fentanilo, como la de reducir las operaciones de los abastecedores de los precursores químicos con los que se elabora el opioide sintético, entre otras.
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