La nueva Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría republicana, se reúne el martes para lo que podría ser una caótica elección de presidente, debido a que el republicano Kevin McCarthy deberá superar la oposición de los conservadores de línea dura para hacerse con el cargo.
Una elección prolongada del presidente de la Cámara baja podría socavar las esperanzas republicanas de avanzar rápidamente en las investigaciones sobre el Gobierno del presidente demócrata Joe Biden y su familia, así como en las prioridades legislativas relacionadas con la economía, la independencia energética de Estados Unidos y la seguridad fronteriza.
Tras cuatro años como líder de la minoría republicana, McCarthy necesita al menos 218 votos para reemplazar a la demócrata Nancy Pelosi como presidente de la Cámara baja. Con 222 escaños, los republicanos cuentan con una escasa mayoría de nueve escaños, pero varios miembros del partido se oponen abiertamente a McCarthy.
El domingo por la noche, los legisladores republicanos que estaban dispuestos a votar en contra de McCarthy sumaban dos dígitos, según una fuente familiarizada con la situación.
No es probable que los demócratas voten a favor de McCarthy, por lo que no parece contar con los votos necesarios para asegurarse el puesto, que le permitiría fijar la agenda legislativa de la Cámara baja y le situaría segundo en la línea de sucesión presidencial, por detrás de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris.
Esto podría preparar el escenario para horas de votaciones cuando el Congreso 118 se reúna al mediodía hora local (1700 GMT).
Aunque los republicanos han recuperado la Cámara de Representantes, los demócratas siguen ocupando la Casa Blanca y el Senado. Se esperan enfrentamientos en torno a las legislaciones que debe aprobarse para mantener financiado al gobierno, al ejército y para abordar el techo de la deuda estadounidense.
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