La restauración de la catedral de Notre-Dame está cerca de concluir mientras los ojos del mundo se posan en París por los Juegos Olímpicos, tras el incendio de hace cinco años.
Aquella noche del 15 de abril de 2019, las llamas devoraron el techo de la catedral, destruyendo la emblemática aguja y amenazando con derribar las torres principales, dejando a millones de espectadores televisivos consternados ante la tragedia.
La reapertura de la catedral está programada para diciembre, y según el oficial a cargo del proyecto, se mantiene dentro del calendario previsto.
La restauración de Notre-Dame no solo implica la reconstrucción de un edificio, sino también la revitalización del espíritu nacional. “Esta es la obra de construcción de toda una vida, porque restaurar un monumento completo en toda su tridimensionalidad, eso es bastante excepcional”, señaló Emma Roux, una de las artesanas que trabaja en las icónicas ventanas de vidrio coloreado.
Ha sido un esfuerzo monumental que ha involucrado a alrededor de 250 empresas y cientos de expertos en diversas disciplinas, desde arquitectos hasta artesanos, con el objetivo de restaurar esta joya arquitectónica, parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, para las generaciones futuras.
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