SUFREN PEATONES JUARENSES ANTE FALTA DE INFRAESTRUCTURA

Ante la falta de infraestructura peatonal y la deficiencia del transporte público en Ciudad Juárez, es evidente la necesidad de contar con una mayor infraestructura urbana que permita salvaguardar la integridad de los ciudadanos.

En lo que va del año, la Coordinación de Seguridad Vial ha registrado 65 accidentes viales que involucran a peatones, de los cuales ocho personas perdieron la vida. El año pasado, se registraron 251 atropellos y se contabilizaron 23 decesos, informó Arlín Vargas, vocera de Seguridad Vial.

De acuerdo con la corporación, varios factores intervienen en este tipo de accidentes, incluyendo distracciones al momento de conducir, exceso de velocidad y falta de respeto a los señalamientos viales. Sin embargo, también hay una parte de responsabilidad por parte del peatón.

A nivel internacional, iniciativas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o la Nueva Agenda Urbana buscan alcanzar la sostenibilidad en las políticas de desarrollo urbano a partir de los criterios de la Agenda 2030. Esto establece un método de trabajo para todos los actores públicos y privados que intervienen en las ciudades, con el objetivo de garantizar el derecho a la movilidad.

La nueva Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 17 de mayo de 2022, establece en el artículo 1, apartados IX y X, la necesidad de “establecer los mecanismos y acciones para la gestión de factores de riesgo que permitan reducir las muertes y lesiones graves ocasionadas por siniestros viales, así como salvaguardar la vida e integridad física de las personas usuarias del sistema de movilidad, bajo un enfoque de sistemas seguros, y promover la toma de decisiones con base en evidencia científica y territorial en materia de movilidad y seguridad vial”.

El Artículo 6 decreta la Jerarquía de la movilidad, donde se destaca que “la planeación, diseño e implementación de las políticas públicas, planes y programas en materia de movilidad deberán favorecer en todo momento a la persona, los grupos en situación de vulnerabilidad y sus necesidades, garantizando la prioridad en el uso y disposición de las vías, de acuerdo con la siguiente jerarquía de la movilidad”:

I. Personas peatonas, con un enfoque equitativo y diferenciado en razón de género, personas con discapacidad y movilidad limitada;

II. Personas ciclistas y personas usuarias de vehículos no motorizados;

III. Personas usuarias y prestadoras del servicio de transporte público de pasajeros, con un enfoque equitativo pero diferenciado;

IV. Personas prestadoras de servicios de transporte y distribución de bienes y mercancías, y

V. Personas usuarias de vehículos motorizados particulares.

La ciudad está diseñada para los vehículos, no para los peatones

Alma Rodríguez, integrante del colectivo “Peatones Heroicos” y la Asociación de Planificadores Urbanos de Ciudad Juárez, declaró que la infraestructura en Juárez históricamente se ha orientado hacia los vehículos y no hacia los peatones.

“Nunca se ha prestado atención a la seguridad peatonal; casi siempre se diseña y construye la infraestructura pensando en el automóvil, en facilitar el tráfico vehicular”, afirmó.

Agregó que es imperativo transformar la infraestructura en beneficio de los peatones. Organismos internacionales y la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial (aunque aún no ha sido armonizada a nivel estatal) establecen políticas públicas centradas en garantizar la seguridad de los transeúntes.

Rodríguez señaló que en los manuales de Seguridad Vial, los cruces peatonales se denominan “cruces seguros”. Estos deben contar con semáforos, señalización de pasos de peatones y reducir las distancias de cruce tanto como sea posible. Aunque esto es complicado en vialidades principales, se puede lograr mediante estrategias de diseño, como “orejas”, que son extensiones de la banqueta en las esquinas para reducir la distancia de cruce.

Además, indicó que los estudios muestran que la primera medida para reducir los incidentes viales es disminuir los niveles de velocidad, ya que esta es una de las principales causas de accidentes y atropellos.

Por otro lado, señaló que no se está haciendo nada para regular el parque vehicular en la ciudad; por el contrario, se están otorgando más facilidades. También el transporte público aún no se ha consolidado, lo que provoca una disminución en las buenas prácticas de cultura vial.

Falta cultura vial para todos los actores

La Coordinación de Seguridad Vial promueve campañas como “Pongamos freno a los atropellos” a través de las redes sociales, con el objetivo de concientizar a los peatones sobre la forma correcta de cruzar las vialidades, ya que la mayoría de los accidentes los responsabilizan a ellos por cruzar en “zonas no permitidas”.

Sin embargo, Alma Rodríguez comentó que la cultura vial debe aplicarse a todos los actores, comenzando por los automovilistas, ya que tienen más probabilidades de causar daños graves. Aunque la seguridad vial es un tema multifactorial, “la infraestructura genera la cultura”, por lo que la cultura debe ir acompañada de una infraestructura que obligue a cumplir con estas normas.

Infraestructura peatonal deficiente

En lo que respecta a la infraestructura peatonal, se señala que Ciudad Juárez lleva años enfrentando un fuerte rezago en esta área.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2015, apenas alrededor del 40 por ciento de las manzanas cuentan con banquetas y solo una mínima parte se encuentra en buen estado y cumple con las dimensiones mínimas. Además, el gobierno municipal no dispone de una base de datos sobre esta infraestructura.

Por otro lado, en relación con el sistema BRT, la Fundación Integra realizó un estudio sobre la infraestructura peatonal, dada la gran cantidad de peatones que lo utilizan para acceder al servicio de transporte.

Los puentes peatonales no son la solución

El arquitecto Gabriel García Moreno, docente de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, señaló que “los puentes peatonales están diseñados pensando en los automovilistas, no en la seguridad de los peatones”.

Argumentó que este tipo de estructuras presuponen que las personas en la ciudad son “hombres jóvenes y productivos, de 25 años”, ya que los puentes peatonales no son fáciles de utilizar para personas con tacones, faldas cortas, sobrepeso, carriolas, muletas o niños. En este sentido, indicó que es debajo de los puentes donde ocurren la mayoría de los atropellos, y que los cruces más seguros son los que están al nivel de la calle.

García Moreno agregó que, aunque las autoridades implementan campañas de concientización y cultura vial para los peatones, según la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, la prioridad de movilidad en la ciudad recae en los peatones. Además, consideró que estas campañas son poco efectivas en comparación con los cambios en la normativa y la infraestructura.

Por su parte, Alma Rodríguez mencionó que la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial establece que un puente peatonal no debería aplicarse cuando no exista una barrera natural, como un río o un desnivel topográfico. Sin embargo, la mayoría de los puentes peatonales en la ciudad no están en zonas de acceso controlado.

Ambos coincidieron en que la solución a esta problemática debería ser la instalación de más pasos peatonales a nivel de calle, ya que los puentes son excluyentes para personas con discapacidad, adultos mayores, embarazadas y niños. Además, obligan a los peatones a recorrer distancias mayores en comparación con los cruces a nivel de calle.

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