El comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño Yáñez, reiteró que no se ha podido frenar a los migrantes, pues el trabajo consiste solamente en la “disuasión”, mientras el flujo migratorio hacia esta frontera continúa sin detenerse, a pesar de trabajos conjuntos entre autoridades migratorias y Gobierno del Estado.
El pasado lunes sostuvo una nueva reunión con personal del instituto para reforzar los recorridos en el bordo del río Bravo con el fin de exhortar a los migrantes a que se establezcan en albergues locales, dijo luego de acudir ayer a los juzgados federales para cumplir con las medidas cautelares impuestas el 30 de abril tras la muerte de 40 extranjeros en una estación migratoria del INM en esta ciudad.
Agregó que todavía es pronto para hablar acerca de los resultados del trabajo conjunto con otras autoridades estatales con la intención de frenar el flujo migratorio a la ciudad, pues muchos de los extranjeros hacen caso omiso y llegan hasta Juárez.
Ni las autoridades federales, ni las locales ni los elementos de Migración han logrado frenar esta oleada.
El INM les ofrece apoyarlos con el traslado y alimentación hacia sus lugares de origen, así como con trámites jurídicos, pero los migrantes se resisten ya que su objetivo es cruzar hacia Estados Unidos.
Los migrantes que llegan a Juárez se dirigen en su mayoría al bordo del río Bravo, a la puerta 36 para entregarse a la Patrulla Fronteriza con el propósito de solicitar asilo.
En presencia de agentes del INM, de la Guardia Nacional y policías locales, miles de extranjeros han logrado avanzar sobre los vagones rumbo a Juárez. Los agentes sólo han retenido a algunos unas horas, sobre todo, en la Estación Tabalaopa, de Chihuahua.
Tras quejas de Ferromex, el 20 de septiembre se anunció que se enviarían más elementos a disuadir el viaje de migrantes en el tren, y dos días después se pactó en Chihuahua que ‘bajarían’ a los viajeros, pero la realidad es otra.
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